Guzmán Ruiz Garro, BBK-ko kontseilari ohia
Guzmanek ondorengo iritzi artikulua argitaratu du. Bertan Cajasurrek Kutxabanki ekarritako galerak nabarmendu ditu:
Kutxabank: los males del sur
Publicado ya el Real Decreto 877/2015, de 2 de octubre, de desarrollo de la Ley 26/2013, de 27 de diciembre, de cajas de ahorros y fundaciones bancarias, por el que se regula el fondo de reserva que deben constituir determinadas fundaciones bancarias, se estable que este depósito deberá alcanzar un importe mínimo objetivo que será el que resulte de aplicar un porcentaje sobre el total de los activos ponderados por riesgo del grupo o subgrupo consolidable cuya sociedad matriz sea la entidad de crédito participada (no podrá ser inferior al 0, 6 por ciento). Esto implica que Kutxabank tendrá que aportar, vía dividendo, 250 millones largos, ya que el fondo de reserva se constituirá dentro de la propia fundación bancaria vizcaína o a través de una entidad tenedora. El banco deberá inyectar, hasta el año 2019, a la fundación Kutxa 140 millones y a la de Vital, cerca de 50. Este Decreto mantiene como objetivo que las fundaciones (las cajas están extintas) reduzcan de forma paulatina su participación en los bancos hasta que dejen de ser mayoritarias, en un primer paso. Es previsible que, un futuro no muy lejano, una Ley similar a la italiana Ciampi-Visco separe definitivamente las fundaciones (cajas) de las sociedades por acciones (bancos).
Estas desorbitadas cantidades, cuando el negocio bancario padece un estrechamiento de márgenes por la caída de los tipos de interés, no son fáciles de generar, y, como efecto colateral, fomenta el cobro de manera agresiva de comisiones a los clientes.
Ahora bien, ¿por qué Kutxabank tiene dificultades para captar estos recursos siendo la entidad más solvente del sistema financiero del estado?
La explicación subyace en la gestión. Olvidándonos, en esta ocasión, de otros males que también se planificaron en el norte: Valle Romano, los costes por la aplicación del IRPH, la compra-venta del Banco Madrid o la desaforada expansión por «las españas» de Kutxa y BBK, nos centraremos en la sangría que ha supuesto y supone CajaSur.
En enero de 2011, en cumplimiento de la solicitud de Banco de España de dar información a los mercados sobre la operación de cesión de los activos y pasivos de CajaSur a BBK Bank CajaSur, SA, la BBK explicaba el porqué de la compra de la entidad andaluza: Podemos implantar nuestros modelos de gestión para desarrollar un segundo mercado local». La idea consistía en usar el exceso de recursos propios para crecer en el core business de BBK, que no era otro que la banca local. Al adquirir la caja de la iglesia se reconoció abiertamente que esta fallaba en la gestión del riesgo de crédito, en la gestión de costes y en la de redes locales. Se estimó que, para el año 2014, tendría 84 millones de beneficios y, para este 2015, 97 millones de euros. Se mostraron los activos problemáticos, presentando los datos del riesgo promotor y construcción inmobiliaria a 31 de diciembre de 2010. Los sintetizo: Normal: 631,4, el 23,1%. Subestándar: 598,1, el 21,9%. Dudoso: 1.502,3, el 55,0%. Total crédito: 2.731,8, el 100,0%.
Es más que obvio que, tras aflorar y dotar los activos problemáticos de CajaSur, el perfil de mora cambia. A 31 de diciembre de 2010, los dudosos de BBK se resumían en la cifra de 572 millones de euros. A 1 de enero de 2011, ya con CajaSur, fueron 3.191 millones. La cobertura de dudosos pasa de ser el 110 % en BBK, al 65% con la entidad andaluza. Resumiendo: tras la incorporación de CajaSur, el ratio de mora del Grupo se sitúa en el 9,03% desde el 2,57% a 31 de diciembre de 2010. Después del primer semestre de 2015, se ubicaba en el 9,32 %. O sea, no se produce el desahogo esperado por la dirección del Banco ni regalando por 5 millones de euros (se quedó en nada, una vez pagadas las costas de abogados y procuradores) 340 millones de activos de dudoso cobro (la mayoría provenientes de CajaSur).
Con la entrada de BBK en Cajasur, la entidad vasca tuvo que hacerse cargo de los 800 millones de euros que el FROB metió en la cordobesa con el objetivo de fortalecer sus graves problemas de capital. Dos años después se llevó a cabo otra ampliación de capital de 200 millones, y al cierre de 2012, se había amortizado el préstamo de EPA de 392 millones (Esquema de Protección de Activos).
BBK recompró las participaciones preferentes que emitió CajaSur, entidad absorbida en 2010. La emisión de 250.000 participaciones preferentes «Serie A» de 600 euros de valor nominal, por importe global de 150 millones de euros, fue realizada por CajaSur con fecha de desembolso de 29 de diciembre del año 2000.
Según la Comisión Nacional de Valores, Kutxabank y CajaSur firmaron un contrato por el que el banco vasco-andaluz asumía las variaciones en el valor razonable de una cartera de activos inmobiliarios existentes a 31 de diciembre de 2011, cuyo valor neto contable ascendía a 1.811 millones.
Los males actuales: la incertidumbre e inseguridad jurídica creada por las sentencias del Tribunal Supremo, en concreto la de 9 de mayo de 2013 y la más reciente de 25 de marzo del 2015, en relación a las cláusulas suelo a la que era tan aficionada CajaSur. La prensa cordobesa aseguraba recientemente que aún existen más de 60.000 créditos vivos en los se incluyeron este tipo de condiciones.
En el mejor de los casos, CajaSur no se va a librar de un reembolso superior a los 90 millones. Si se considerase que la retroactividad tendría que ser total, la cifra, ahora mismo, podría ser inasumible por el grupo Kutxabank.
El saco sin fondo en que se ha convertido esta entidad, además de otras desastrosas operaciones ya referenciadas, sí explica los apuros planteados en la interrogación. Aprietos que se subsanan agarrándose a una política de ventas de locales y participadas orquestada por la dirección jeltzale del banco desde hace unos años. Aunque hay bastantes más, veamos solo unos ejemplos llamativos:
La venta en bolsa de parte de la participación que el banco tiene en Euskaltel le ha reportado 138 millones, a los que hay que sumar otros 100 millones por el dividendo extraordinario. Kutxabank ha reducido sus acciones de Iberdrola en un 28,73% desde la creación del banco (ahora controla solo el 3,6 %). El pasado año salió del capital de Enagas, lo que le reportó unos 270 millones, cerca de 60 en plusvalías.
A finales de 2014, Kutxabank selló un acuerdo con la firma Lone Star para la venta de la mitad de su cartera inmobiliaria por 930 millones, incluyendo en el paquete activos por valor de 2.000 millones, algunos de calidad y otros fallidos.
La entidad financiera ha vendido su oficina de Puerta del Sol, la sede de la calle Getaria, la central de Gran Vía 23. El banco inició el proceso de desinversión en el grupo valenciano Natra y en Zeltia…
Hace unos días, un conocido especialista en temas económicos, de visión neoliberal, decía que la vida de los bancos se ha complicado muchísimo en los últimos tiempos. A tenor de los visto, la de Kutxabank debe estar incluida. La gestión aciaga del consejo de administración dominado por el PNV la pretenden continuar realizando un nuevo ajuste de plantilla y cerrando oficinas. Destruidos ya 1.098 puestos de trabajo estructurales, la propuesta de reducción de empleo que el presidente de Kutxabank, en su tournée por los foros empresariales, ha pregonado no es propia de un banco que se dice social.
La venta sin pausa del otrora importantísimo paquete empresarial perjudica claramente nuestro tejido productivo. Hay quien ha sugerido la venta de CajaSur (suponiendo que alguien la quiera comprar). Me temo que en muchas ocasiones el problema no es que no tenemos suficiente éxito, sino que no hemos fracasado lo bastante para rectificar. La salida a bolsa, visto el panorama, no está ni mucho menos descartada.
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